Dos millones y medio de británicos se arrepienten del Brexit. Suficientes para ganar el referéndum

Dos millones y medio de británicos se arrepienten del Brexit. Suficientes para ganar el referéndum
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¿Para qué sirve un referéndum? En gran medida, para testar un clima político concreto, para retratar a un momento y a un lugar. Pero no siempre para evaluar voluntades a largo plazo. Si hay un ejemplo paradigmático ese es Reino Unido: el pueblo británico optó por marcharse de la Unión Europea hace ya dos años, espoleado por una campaña repleta de medias verdades, mentiras y una estupenda dosis de populismo narrativo. Hoy, el Brexit es una realidad, y también una pesadilla.

Así que dadas las circunstancias, la opinión pública ha cambiado. O al menos así lo atestigua un nuevo informe que evalúa los sentimientos británicos hacia el Brexit.

2,6 millones. Resultado: más de dos millones y medio de personas que en su día votaron en favor del "Leave" se arrepienten de su decisión. El estudio ha sido difundido por The Independent y recogido por otros medios insulares. Realizado por Focaldata para Best for Britain, una organización sin ánimo de lucro de carácter europeísta, se ha basado en diversas encuestas realizadas por YouGov en las que se sondeó a 150.000 británicos. En agregado, ilustra cómo las turbulencias políticas posteriores al referéndum han desencantado a numerosos votantes.

What if? La cifra ilustra lo precario de la mayoría leaver y el carácter a menudo excepcional de los referéndum. La salida de la Unión Europea se fraguó sobre una mayoría relativamente escueta de 1.300.000 votos. Dos años después ya habría desaparecido: aunque el estudio no asume que los dos millones y medio de arrepentidos habrían votado en favor del "Remain", sí estima que alrededor de 1.600.000 lo hubieran hecho. Es un ¿y sí? poderoso: hoy, quizá, ante un nuevo referéndum, Reino Unido optaría por frenar el Brexit. No hay un consenso social taxativo.

La trampa. En parte, son cifras que caen en vacío. La organización que las promulga tiene su propia agenda política. Apoyada por diputados laboristas de carácter europeísta, busca empujar a Jeremy Corbyn a posiciones más europeístas. Lo cierto es que pese a las sugerencias de antiguos primeros ministros o personalidades públicas no existe la posibilidad de un segundo referéndum sobre Europa. Reino Unido selló su destino aquella noche, aunque lo hiciera por sólo un puñado de votos.

Los retos. Si acaso, sirve para advertir sobre lo peregrino de algunos referéndum, y también para explicar la convulsión política que acompaña a Reino Unido durante los dos últimos años. A día de hoy la posibilidad de un "no deal", una ruptura no acordada entre Europa y el país británico, es más real que nunca. Sus consecuencias serían desastrosas para ambos, pero especialmente para Reino Unido. Ante esa circunstancia, y ante la inevitable realidad económica que la rodea, muchos políticos y votantes conservadores han dejado de ver el Brexit como un camino de rosas.

Quedan meses. Por el momento, May y la Comisión Europea sólo han llegado a un acuerdo: cómo será la ruptura en caso de que no haya pacto (fecha límite: mayo de 2019). Lo contamos aquí. Fue otra derrota para Reino Unido, que asumió una factura más alta de la prevista. El resto de las negociaciones siguen estancadas, en gran medida por las reticencias de los dos países que dirigen Europa (Francia y Alemania) a aceptar el soft Brexit planteado por el gobierno británico.

Uno en el que Reino Unido aspiraría a mantener cierta presencia en el mercado común europeo al tiempo que controlando sus fronteras de forma unilateral. Aquel giro de May ya representó una renuncia a sus posturas de máximos, provocando que los ministros más duros del Brexit (Boris Johnson in memoriam) renunciaran entre aspavientos. Una metáfora quizá adecuada del clima político de Reino Unido: incertidumbre, arrepentimiento y una agria asunción de la realidad.

Imagen: Matt Dunham/AP

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