Una GoPro viaja al espacio en 2013, toma fotos increíbles y es recuperada en 2015

Una GoPro viaja al espacio en 2013, toma fotos increíbles y es recuperada en 2015
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Si alguna vez te has preguntado si puedes mandar tu cámara de vídeo al espacio, hoy hemos descubierto que la respuesta es sí, puedes. Si acto seguido te sueles preguntar cómo, la respuesta es más complicada. Aunque gracias a un grupo de estudiantes de la Universidad de Stanford, el proceso se ha simplificado. En 2013, lanzaron una GoPro al espacio gracias a un globo de helio. En 2015, han recuperado la GoPro con más de una hora de grabación a casi 30.000 metros de altura. ¿Cómo?

La historia la cuenta uno de los propios protagonistas, Bryan Chan, en Reddit. El grupo de estudiantes se propuso enviar una GoPro al espacio, y para ello planificaron durante cuatro meses el viaje. Lo primero y esencial era obtener un globo de helio capaz de elevar hasta casi 30.000 metros la cámara: lo consiguieron, pero el coste, como explica Chan, fue cuatro veces más alto de lo presupuestado. Una vez conseguido el transporte, faltaba idear un método de localización efectivo.

¿Cómo saber la localización de la GoPro cuando aterrizara? Fácil: adosando un smartphone con GPS y conectado a la red al soporte. Cuando aterrizara, de este modo, sabrían dónde ir a buscarla. El problema es que, a priori, falló

Era la parte más importante. Para ello, los alumnos de la Universidad de Stanford tiraron de ingenio. Por un lado, diseñaron el soporte de la cámara y utilizaron una impresora 3D para hacerlo realidad. Después, compraron un smartphone con GPS incluido. El móvil iría adosado a la GoPro y en permanente funcionamiento. Aunque superada cierta altura perdería comunicación con sus dueños al no disfrutar de cobertura, el GPS guardaría su posicionamiento de forma constante en la tarjeta de memoria. De este modo, cuando descendiera, el grupo podría volver a localizarlo.

Cuando todo falle, encomiéndate a la suerte

Problema: la hipótesis nunca se hizo realidad, y los estudiantes perdieron contacto con la GoPro tan pronto como el móvil dejó de tener acceso a la red. El experimento se había perdido para siempre. Era 2013. Durante dos años, los estudiantes jamás supieron nada ni del móvil ni de la cámara.

Mapa
La trayectoria final de la GoPro.

Hasta que este mismo mes la historia, en palabras del propio Chan, dio un irónico giro de los acontecimientos. El móvil operaba bajo la red de AT&T y fue lanzado desde Arizona, cerca del Gran Cañón. Chan y sus colegas habían estudiado la posible trayectoria de descenso del objeto y, en base a la infraestructura disponible, habían calculado que aterrizaría en un área del desierto de Arizona donde sí había cobertura, algo más lejos del Gran Cañón. Resultó que sus previsiones eran acertadas, pero que la información que habían obtenido sobre dónde había cobertura y dónde no, no.

El móvil había caído donde ellos creían, pero no tenían modo de contactar con él.

Resultó que sus previsiones eran acertadas, pero que la información que habían obtenido sobre dónde había cobertura y dónde no, no. La GoPro había aterrizado donde debía, pero en ese lugar el móvil no podía conectarse

Desistieron. Al aterrizar en pleno desierto, era buscar una aguja en un pajar. Y aquí viene lo irónico: una trabajadora de AT&T estaba haciendo una ruta senderista hace unos días por la zona donde había caído la cámara, y se la encontró, con el móvil adosado, en medio de la nada. Cogió el móvil, comprobó que era de su misma empresa y decidió llevarlo a una tienda de AT&T. Allí, comprobaron la titularidad de la tarjeta SIM y llamaron al dueño. Voilá: dos años después, recuperaban el aparato.

No sólo el móvil, claro, sino también la GoPro, que estaba en buen estado tras su traumático y misterioso aterrizaje y que almacenaba en su interior casi 100 minutos de vídeo a 30 kilómetros de altitud. Descargaron las imágenes y la información del teléfono, descubrieron qué había sucedido en realidad, que sus cálculos habían sido correctos, y subieron este vídeo a YouTube.

En él podemos ver todo el proceso, desde que se inicia hace dos años hasta que lo tenemos delante de nuestros ojos hoy. El movimiento del objeto que transporta el globo de helio es inestable, de modo que no siempre se aprecia con nitidez la belleza de la tierra que sobrevuela. Sin embargo, Chan lo ha editado de modo que incluya información sobre la altura y el tiempo de vuelo del objeto, además de un pequeño gráfico en el que podemos apreciar el recorrido de su particular nave espacial.

El resultado es impresionante, especialmente si observamos algunas de las fotografías.

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Al fondo se aprecia el Gran Cañón, como un gigantesco surco sobre la tierra rojiza y anaranjada de Arizona. Dos años después y perdida toda la esperanza, había merecido la pena. De modo que sí: puedes enviar tu GoPro al espacio. Y sí: ya sabes cómo. Pero no vale todo, cuidado: un objeto así puede causar serios problemas al tráfico aéreo. Chan y sus amigos solicitaron información a la Autoridad Federal de Aviación antes del lanzamiento. Ya sabes: llama antes a AENA.

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