No, este año tampoco te vas a librar del resfriado (y la ciencia lo sabe)

No, este año tampoco te vas a librar del resfriado (y la ciencia lo sabe)

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No, este año tampoco te vas a librar del resfriado (y la ciencia lo sabe)

Winter is coming. Al menos en el hemisferio norte, donde esa circunstancia vuelve a devolvernos a esa molesta rutina en la que los resfriados entran a formar parte de nuestro día a a día. Una de las enfermedades más comunes del mundo vuelve año tras año, y para muchos resulta increíble que a estas alturas del cuento sigamos sin poder librarnos del resfriado.

¿Cómo es posible? Lo cierto es que combatir el resfriado es mucho más difícil de lo que parece: existen más de 200 tipos de virus que lo causan, algo que hace muy complicado crear una vacuna capaz de actuar de forma efectiva contra esta infección. Te vas a resfriar y lo sabes, pero al menos puedes tratar de aplicar diversos remedios para minimizar sus efectos.

El resfriado pasa de la ciencia y a ciencia pasa del resfriado

Es importante diferenciar el resfriado (infección leve de la nariz y la garganta) de la gripe, una infección de las vías respiratorias causada por el virus influeza que parece que suele aparecer también en esta época, aunque no sea porque hace más frío. Este virus se recubre de unas proteínas que cambian constantemente y que camuflan el virus: nuestro sistema no lo reconoce y no puede protegernos ante su camaleónico comportamiento, aunque cada año aparecen las campañas de vacunación que evitan contraer el virus o que minimizan sus efectos.

Rhinovirus
Malditos rinovirus.

Contra el resfriado, como decimos, el problema es distinto y desde luego más leve. De hecho los expertos revelan que del resfriado común tiene varios inconvenientes que hacen que la ciencia no se enfrasque en esta tarea:

  1. Crear una vacuna es una tarea dantesca e ingrada: la cantidad de virus que causan el resfriado común hace que desarrollar una vacuna para todos los responsables de la enfermedad fuea inviable a nivel económico y de recursos.
  2. Es una enfermedad autolimitada: centrarse en esas vacunas sería también darle más importancia al resfriado de la que en realidad tiene. Al ser autolimitada su duración está restringida por su propio patrón de características y no por otras influencias. Tanto con tratamiento como sin él duran unos días o unas semanas, por lo que aunque puedes ayudar a que te dure menos, el resfriado morirá solo.
  3. Es un enfermedad básicamente benigna: es cierto que estar resfriado no es agradable, pero también es evidente que es una enfermedad poco grave en comparación con otras muchas.
  4. Las vacunas son para "cosas serias": al crear una vacuna se suele contrarrestar un virus específico -con lo que tendríamos probablemente más de 100 vacunas para cada virus responsable del resfriado-, pero es que las vacunas tienen sus propios efectos secundarios, así que no se puede usarlas a la ligera. Se aprovechan para infecciones virales y pacientes de riesgo de forma controlada, y su aplicación masiva con tantas variantes podría provocar una situación peor de la que precisamente se quería remediar.
  5. Deja que tu cuerpo haga su trabajo: una de las mejores formas de matar un virus es dejar que tu cuerpo haga el trabajo sucio. Para eso está el sistema inmune, y de hecho cuando uno va a ver al médico con un resfriado lo que se tratan son los síntomas, no la enfermedad.

Aunque no te libres, puedes combatir (un poco) el resfriado

El problema esencial del resfriado es que se contagia con una facilidad pasmosa. Es difícil escapar de sus garras, pero una vez lo coges sabes que al menos hay algunos remedios que pueden o bien aliviar los síntomas o bien reducir la duración de la enfermedad. Otros, cuidado, no sirven de nada. Veamos qué parece ayudar y qué no:

Qué es lo que puede ayudar

  1. Un té caliente con limón y miel: beberlo ayuda, pero son los vapores lo que permite estimular los folículos pilosos de nuestra nariz para que éstos se encarguen de expulsar los gérmenes. El limón reduce el moco, y la miel es antibacterial, afirma el doctor Murray Grossan, del Hospital Cedars-Sinai.
Te
  1. Una dieta sana y rica: si estás comiendo pocas proteínas, cuidado: este tipo de dieta hace que el sistema inmune pierda algo de eficacia. Dale duro a los filetes, pero sobre todo a cosas como el pescado, los huevos o el yogur, indica el Dr. Douglas Kalman, director de nutrición en Miami Research Associates.

  2. Cuidado con lo que tocas: los virus del resfriado se contagian por contacto, y pueden estar en todos lados, así que tomar alguna que otra precaución no está de más. Difícil evitarlo todo para no parecer un Howard Hughes —si habéis visto 'El aviador' seguro que lo entendéis—, pero hay consejos curiosos, como el de llevar un bolígrafo a todos lados con nosotros y utilizarlo por ejemplo para teclear en los botones de los cajeros o de las TPVs. Lavarse las manos y cuidar la higiene del espacio de trabajo y de nuestro hogar también ayuda a no maximizar el riesgo de contagio, aunque aquí tampoco conviene volverse locos.

  3. Vitamina C: tomarte un zumo de naranja no va a salvarte y desde luego no es una vacuna contra el resfriado, pero puede ser una buena forma de ayudar a que la enfermedad no dure tanto en nuestro organismo. No hay nada probado y de hecho la vitamina C está más relacionada con el crecimiento de tejidos y como antioxidante. Tampoco te hartes a naranjas, pero la fruta siempre es buena, y con el resfriado puede que más.

  4. Una sopita caliente: no solo apetece cuando estamos resfriados; es que además una sopa caliente puede hacernos sentir mejor. Un estudio del Dr. Stephen Renard hablaba de los beneficios de la sopa de pollo en las células sanguíneas, inhibiendo el movimiento de los neutrófilos (que nos defienden contra las infecciones) y que al hacerlo permite reducir los síntomas del resfriado.

  5. Cuidado con la tos: la tos del resfriado puede se tratada con jarabes, pero cuidado con lo que eliges. Un supresor como el dextrometorfano (DM) bloquea la tos, mientras que un expectorante promueve la expulsión del moco. Toser no es necesariamente malo, ya que ayuda a expulsar los mocos de tus pulmones, pero claro, tampoco es bueno que estés tosiendo a todas horas. Aquí es obligado ir al médico para que nos recete lo mejor en cada caso. Los antihistamínicos pueden ayudar a tratar algunos de los síntomas del resfriado que coinciden en ambos casos, pero sus efectos secundarios y su aplicación de nuevo debe ser recomendada por un especialista. Cuidado con automedicarse.

  6. Bebe agua: atención aquí, porque la idea no es que bebáis más agua de la habitual, sino que bebáis la cantidad de agua (o zumos, por ejemplo) adecuada. No cuando estéis resfriados, sino siempre. Hacerlo ayuda a fluidificar las secreciones mucosas, y por tanto también permite que el virus sea expulsado más fácilmente.

Qué es lo que no ayuda

  1. Suplementos del zinc: no hay estudios que hayan demostrado que tomar este tipo de suplementos ayude a mejorar, aunque se ha intentado analizar si efectivamente era posible evitar que los rinovirus se multiplicasen al tomarlo. El Dr. Brent Bauer, de la Clínica Mayo, explicaba que tras unas pruebas exhaustivas no podía saberse qué pacientes habían respondido bien o no, pero que lo malo era que los efectos secundarios -náuseas, mal sabor de boca, pérdida del sentido del olfato si se usan sprays de zinc- desaconsejaban su uso.
Antibioticos
  1. Nada de antibióticos: no solo no ayudan a tratar el resfriado, sino que logran que esos antibióticos pierdan su eficiencia cuando realmente los necesitamos. El CDC americano de hecho avisaba de que 1 de cada 3 recetas de antibióticos que se producen en Estados Unidos son innecesarias. En España la leyenda urbana de que los antibióticos pueden ayudar en el resfriado sigue muy presente a pesar de las constantes advertencias en las campañas informativas de tratamiento de la enfermedad.

  2. Salir sin el jersey: no es el frío lo que debe preocuparte. Aunque la exposición al frío puede producir neumonía, lo que seguro que no hace es producirte un resfriado o una gripe. Hay que abrigarse si hace frío, pero no para protegerse del resfriado.

  3. Hierbas mágicas: la equinácea se suele recomendar de forma amplia en este tipo de enfermedad, pero no hay investigación que haya demostrado claramente que ni esta ni otro tipo de hierba o planta medicinal ayude en la cura de la enfermedad.

  4. Sudar el resfriado: otro de los mitos tradicionales del resfriado es que sudar durante la enfermedad puede eliminar los virus a través del sudor, pero ocurre justamente lo contrario: estamos eliminando líquidos —el sudor es sobre todo agua— y lo que conviene es que estemos adecuadamente hidratados. Lo que sí que puede ser buena idea al principio o al final de un resfriado (no en la etapa intermedia) es la de realizar una actividad física moderada. Esto puede mejorar la condición aeróbica, y eso ayudar a combatir mejor los virus y bacterias que causan la enfermedad.

Esperamos que estas recomendaciones hagan que los inevitables resfriados no causen tantas molestias. Sé paciente, porque la media de resfriados por persona es de entre 2 y 4 al año (entre 6 y 8 para los niños), y trata incluso de disfrutar del momento: manta, sopa y una buena peli tampoco son mal remedio.

En Xataka Ciencia | Cinco mitos sobre el resfriado: no influye el frío, no se cura con vitamina C, ni con antibióticos… (y II)

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