Los británicos están descubriendo quién puede ser uno de los más perjudicados por el Brexit: sus mascotas

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“Si puedes, empieza a llenar tu despensa, especialmente con cosas como comida de animales y medicinas (hasta el paracetamol) y empieza a pensar qué podrías necesitar en caso de que desconecten la luz o Internet. Prepárate para lo peor y reza para que esto no ocurra”. No es el comentario de un aficionado al supervivencialismo o un paranoico antigubernamental, es el ruego en Twitter de una trabajadora de Edimburgo ante la noticia de que dos de los cuatro carriles de una de las autopistas más importantes del país se van a cortar para reservarlos como aparcamiento de camiones ante la inminente desconexión con la UE.

A 46 días del No Deal, Gran Bretaña está entrando en modo supervivencia. Y esto también podría poner en riesgo la vida de al menos 28 millones de criaturas en los que no se había pensado hasta ahora: los gatos y perros que viven como mascotas dentro del país.

Los perros y gatos no van a ser una prioridad: en caso de catástrofe política, a la que los británicos se acercan inexorablemente, los dueños de estos animales saben que su comida no va a ser uno de los recursos primordiales del Gobierno. Por eso algunas familias están apilando kilos y kilos de pienso, el equivalente a un año de vida de sus mascotas, así como otros productos básicos para estos compañeros.

Los supermercados tampoco confían en los políticos: la compañía Pets at Home ha anunciado que ha comprado un excedente de 8 millones de libras en comida de animales como plan de contingencia ante lo que pueda pasar dentro de un par de meses. El 17% del consumo alimentario animal del país se suple con importaciones, con lo que este segmento se hace especialmente vulnerable en caso de un bloqueo burocrático comercial.

"Prepárate para volver ahora": los veterinarios están alertando a los dueños de mascotas que están de vacaciones fuera de Gran Bretaña o europeos dentro de sus fronteras a que vayan a sus consultas a tramitar ya mismo sus salidas y entradas, ya que si lo intentan hacer en los últimos días de marzo se pueden topar con un colapso de la red que no les permita volver con sus seres queridos a sus casas. Se teme que por esto mismo haya un pico de abandono de perros y gatos que podriá tener repercusión en los refugios locales. ¿Por qué?

Porque, a efectos del Programa de la UE de viajes de mascotas, con el No Deal Gran Bretaña se convertiría en un tercer país, con lo que cada dueño necesita montones de trámites que pueden llevar hasta cuatro meses y 255 libras de coste (aproximadas) para lograr un certificado de viaje de un solo uso específico de un país a otro. A día de hoy, 300.000 mascotas británicas viajan por Europa cada año, y por eso no es de extrañar que en los últimos meses “cientos de perros” se hayan manifestado por el centro de Londres para decir No al Brexit. 

Cuando la limitación de movimientos de inmigrantes te afecta a ti (y a tu mascota): todo esto lo acaba de descubrir amargamente un británico (en el vídeo de arriba) que votó a favor del Leave que vive en las costas españolas: si todo sigue según lo previsto, tendrá que volverse a su casa antes del 29 de marzo para no volver. ¿Por qué? Porque para él vivir durante meses en España sin su perrito sería inviable. Se acabaron las largas temporadas en Benidorm para esta pareja de escépticos de la UE.

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