Se hizo justicia. Se hizo el milagro. Bi Gan es uno de los cineastas más estimulantes del nuevo panorama del llamado cine de autor, ese tipo de películas aclamadas por la crítica cuando se exhiben sus proyectos en festivales como Cannes o Venecia pero que, lamentablemente, pocas veces consiguen difundir sus trabajos más allá de un puñado de espectadores. Ahora su tierra natal parece que le ha acogido con brazos abiertos: Long Day's Journey Into Night, su última peli, ha vendido el equivalente a 15 millones de dólares en entradas anticipadas para su estreno el próximo 31 de diciembre.
El triunfo del arte y ensayo: tres millones de espectadores (más los que compren entrada estos días) verán antes de fin de año una atmosférica pirueta formal con gangsters, femme fatales y referencias metaficcionales rodada tanto en 3D como en 2D. El momento dejó boquiabiertos a sus primeros espectadores mundiales fue el plano secuencia sostenido durante casi una hora que cierra el filme y que viaja poéticamente por la subtropical provincia de Guizhou.
Y también del márketing: puede que algunos de esos tres millones hayan sido movidos por el éxito de Bi Gan entre los círculos especializados, pero es más fácil “culpar” del éxito de Long Day's Journey Into Night a su campaña mediática: “pasa la noche más importante del año con la persona más importante de su vida… y dale un beso" es una de las múltiples frases con las que se ha promocionado la película, protagonizada por la pareja del filme juntando sus labios. La peli se estrenará en multitud de cines del país comenzando el día 31 a las 9.50, y haciendo que el final de la cinta coincida con el fin de año. La frase "espero poder ver Long Day's Journey Into Night la víspera de Año Nuevo junto a la persona que amo y besarla para inaugurar 2019" ha corrido como la pólvora por WeChat y otras plataformas.
El efecto Olvídate de mí: esta Larga noche, una obra relativamente densa y amarga, se emparenta mucho más con la melancolía noir de Won Kar Wai que con cualquier película romántica comercial. De hecho, su final no es para nada romántico. Por eso es posible que los espectadores que vayan a la película empujados por las imágenes promocionales acaben sintiéndose estafados, como le pasó a muchos de los que fueron a ver la famosa película de Michel Gondry protagonizada por Jim Carrey sobre el desamor y el olvido que, por su cartel y su tráiler, parecía una ligerita comedia amorosa de final feliz.
Por qué esto es un éxito: sólo con lo ganado con la preventa se coloca automáticamente como la 74ª película más taquillera de 2018 de este mercado con 1.400 millones de habitantes. Un asunto de familia, la última película del japonés Hirokazu Kore-eda recién estrenada ha hecho un total de taquilla de 14 millones de dólares en China. Las películas de Jia Zhangke, el más importante auteur del país, nunca han hecho más de 10 millones. Y claro está, la anterior película de Bi Gan, su debut Kaili Blues, no hizo ni 900.000 dólares.
A todo esto, ¿cómo va la industria del cine en China? Viento en popa. Ahora mismo tienen 41.000 salas y venden unas 1.600 millones de entradas anuales, que son cifras muy muy parejas con las de Estados Unidos. Además acaban de llevar a cabo una campaña de combate de los fraudes de entradas que hacen que sus cifras sean más creíbles. Aparte está el tema de que sus espectadores cada vez se interesan más por su producción nacional en lugar de por las pelis estadounidenses.
Si se mantienen como hasta ahora, seguirán siendo a nivel global una industria tan potente como Hollywood. Si su clase media mantiene su tendencia de aumento de asistencia, podrían convertirse en superpotencia. Su crecimiento ha sido, eso sí, gracias al Efecto Mateo: un mercado cada vez más polarizado con un puñado de películas carísimas que concentran cada vez más capital y multitud de pequeños títulos con financiación decreciente.
¿Y cómo de buena es Long Day's Journey Into Night? Sin lugar a dudas una de las películas más importantes de este año. Un sueño y una maravilla. Todavía sin fecha de estreno para España.
