8 errores históricos que cometemos habitualmente cuando montamos el Belén navideño

8 errores históricos que cometemos habitualmente cuando montamos el Belén navideño
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Llega la Navidad. Para muchas casas, eso implica revestirse de orlas gigantes de colores carmesí y dorado, empalagosos ejercicios decorativos que, en las casas españolas, se culminan con un enorme Portal de Belén. Y dado su tamaño, hay que rellenarlo. Rellenarlo con muchas cosas.

Pero de la necesidad surge también la falla. Nuestros portales de Belén, ciudad de Palestina consagrada a la mitología cristiana desde el nacimiento de Cristo, están repletos de inconsistencias históricas o de cosas que no tienen ningún sentido. Desde el uniforme de los romanos hasta la presencia de reyes de Oriente que no podían venir de Oriente, la Navidad, los portales de Belén, es un error permanente, una oda al nonsense histórico.

Paso a paso.

Eran soldados romanos, no muñecos de juguete

Pese a su aspecto insípido y decorativo, los soldados romanos juegan un papel central en la iconografía navideña. Al fin y al cabo, Roma conquistó aquella parte del mundo y la sometió a su (civilizado) yugo. Pero como recuerda El Fisgón de la Historia en esta divertida ilustración, sus soldados no eran esqueléticos pringados con escudos de juguetes y un atrezzo digno de La vida de Brian.

Primero, eliminemos el omnipresente rojo y dorado (esta buena gente no forjaba en pan de oro todas sus armaduras). Segundo, llamemos a las cosas por su nombre: no era una "lanza" para cazar en el monte segoviano antes de la invención del arco, sino un pilum pensado por y para la guerra, más ligero y efectivo. Importante utilizar escudos grandes que sirvieran para formar las célebres falanges y, a ser posibles, sandalias no sacadas del Bershka.

Los Reyes Magos no vestían con armiño

Símbolo de elegancia y porte de los monarcas europeos a partir de la Edad Media, la piel de armiño, codiciada y cara, no era el habitual modelo de vestimenta durante el Imperio Romano. De modo que aquella agria polémica sobre los pijamas de los Reyes Magos de Madrid no tenía sentido: desde el punto de vista tradicional, ni las cabalgatas de siempre, con sus reyes orientales europeizados, ni los telares de Ahora Madrid tenían sentido.

Reyes Magos
Europeo parece, factual no es. (Manuel/Flickr)

El armiño, de hecho, no es endémico de Oriente Medio, y tampoco de otras regiones entendibles como "Oriente" desde Palestina, por lo que, obviamente, surge de la relación del cristianismo con su entorno. Que no era Palestina.

Y Baltasar no podía ser un rey oriental

O un rey, directamente. La Biblia en sí misma no se refiere a ninguna cualidad real de sus majestades de Oriente, sino magos-sacerdotes de religiones paganas o meros sabios en viaje, guiados por un astro, a Belén. Su calidad monárquica (y su número concreto, así como sus nombres) se añadió posteriormente. Pero también su etnia: Baltasar es una invención muy posterior con el propósito de universalizar el cristianismo en un contexto de expansión.

Balta
Cristianismo WTF. (Gonmi/Flickr)

En rigor, resulta históricamente complejo que un hombre negro se elevara desde Oriente como "rey". Siglos más tarde surgirían importantes reinos e imperios negros en África, pero los monarcas y los gobernantes de las tierras de Oriente Medio hasta el sudeste asiático jamás pertenecieron a la raza negra.

La nieve no era imposible, pero algo improbable

Sí, nieva en Cisjordania, y en Israel, y en Gaza, y en Líbano. Pero no es lo habitual. Pese a ello, la condición invernal de los portales de Belén tiende a tener un punto de improbable frecuencia. El año pasado, por ejemplo, Israel sufrió una nevada extraordinaria... que no tenía parangón desde hacía 116 años. El Belén, cristiano y europeo, tenía que representar, pues, las condiciones climáticas de su entorno, que sí eran invernales y nevosas.

Nuestros animalitos también estaban mal

Belén
Al parecer, Belén era una granja. (Iglesia en Valladolid/Flickr)

Algo elemental: pese a la arraigada tradición ganadera de los pueblos de Oriente Medio, el cerdo no era ni es un manjar particularmente devoto de sus habitantes. En el judaísmo su consumo y su cría estaban penados, así que si te topas con un adorable cerdito rosa en un Belén, arquea una ceja. La máxima es válida para cualquier vaca oriunda o pinta: las vacas árabes son más delgaduchas. Pavos y otros bichos invasivos, también mal.

Ah, y el propio Benedicto XVI reconoció que era un nonsese de libro traer al hijo de Dios entre bueyes y mulos.

Los cultivos americanos no habían llegado a Palestina

Pavia
Nada grita "Palestina en la Edad Antigua" como pimientos y tomates. (Koppchen/Wikipedia)

En nuestro afán por replicar las condiciones geográficas y económicas de nuestro entorno, muchos belenes incluyen patatas, tomates o maíz, en forma de cultivos o de adorables puestecitos de venta que recrean el vivaz mercado de la antigua Palestina. Pero era imposible: todos esos cultivos, populares y extendidos en todo el mundo, eran americanos, y los europeos o asiáticos no entrarían en contacto con ellos hasta el siglo XVI.

No había un sólo blanco en Belén

"Whitewashing, how is this still a thing?". Aunque se agradece la intención de la Iglesia Católica de universalizar el Belén a través de Baltasar, lo cierto es que todos los belenes son sospechosamente blancos. Y sabemos que en Palestina la etnia dominante no era caucásica. Si en su momento las representaciones de Cristo se realizaban de forma que sus fieles europeos pudieran identificarse con él, esto es, a su imagen y semejanza, hoy la ficción es innecesaria. Si Jesús ha de nacer en Belén, que menos que no parezca sueco.

Iglesias, castillos medievales, casas europea: mal

Llegados a este punto se da por descontado, pero no, en la Palestina de la Edad Antigua no existían las casas con las fachadas típicamente europeas (o inglesas, como en este psicodélico Belén de Playmobil), castillos de corte medieval o IGLESIAS cristianas.

Belen
La clásica escena de Belén que tiene lugar en la sierra turolense. (azuaje/Flickr)

Pero llegados a este punto, también, el cúmulo de cosas que hacemos mal con nuestros portales de Belén es extraordinario que la única solución razonable al desaguisado es incluir toda clase de elementos no convencionales. Tendrán la misma rigurosidad histórica pero serán más divertidos: bienvenidos tropas imperiales de la Guerra de las Galaxias, personajes del Señor de los Anillos, superhéroes de Marvel o cualquier cosa que los chavales deseen incluir.

Si acudimos al lol, hagámoslo en plenitud.

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Imagen | Manuel

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